Salé es una ciudad de Marruecos situada junto al océano Atlántico y a unos pasos de Rabat. En realidad, a Rabat antiguamente se la conocía como Salé la Nueva, pero a medida que ambas fueron creciendo (con mucho refugiado morisco de España en 1610) poco a poco cada una fue adquiriendo su personalidad.
Llegaron a tener un gran puerto, uno de los más importantes, y me sorprendió leer que el terremoto de Lisboa de 1755 llegó hasta aquí, destruyendo todo el puerto y Salé perdió su importancia marítima y entró en estancamiento económico y cierta decadencia.
Ya que estaba organizando un viaje por Marruecos en coche, y no nos apetecía meternos por todo el centro de Rabat conduciendo, buscamos una alternativa que nos llevó a Salé. Y así fue el descubrimiento de esta ciudad poco visitada por los turistas, éramos casi exóticos jaja.
¿Quieres saber un poco más?
Pues aquí te cuento qué ver en Salé y por qué si tienes tiempo te recomiendo esta visita.
¿QUÉ VER EN SALÉ?
Y si quieres conocer otras ciudades de Marruecos aquí te dejo los enlaces a las entradas que de momento están escritas en el blog:
¿QUÉ VER EN SALÉ?
UNA CIUDAD DE MARRUECOS QUE PASA DESAPERCIBIDA
Como te decía la inicio, Salé está muy cerca a Rabat, a tan solo unos 3 o 4 km, pero la verdad es que queda bastante olvidada por el turismo. Generalmente nos guiamos por la lista de lugares de interés turístico o los lugares más bonitos que ver, y Salé tampoco es que tenga un monumento histórico que aparezca en las guías de viaje, pero sin embargo, se respira el ambiente marroquí, más conservador y religioso, que en muchos otros sitios se va perdiendo.
En Salé se puede sentir esa esencia que se busca en el viaje.
Aquí me sentía rara al pasear por las calles, éramos diferentes, sobre todo en vestuario.
Te miran y les devuelves la mirada constantemente, intentando captar cualquier detalle de su día a día, e imagino que ellos preguntándose: "¿se habrán perdido" ¿qué hacen por aquí estos turistas que no están en Rabat?", o al menos eso era lo que yo me imaginaba jaja.
Aquí me sentía rara al pasear por las calles, éramos diferentes, sobre todo en vestuario.
Te miran y les devuelves la mirada constantemente, intentando captar cualquier detalle de su día a día, e imagino que ellos preguntándose: "¿se habrán perdido" ¿qué hacen por aquí estos turistas que no están en Rabat?", o al menos eso era lo que yo me imaginaba jaja.
Me gustó mucho la ciudad de Salé.
Nos alojamos aquí durante 3 noches en un precioso Riad y de verdad que fue una buenísima elección.
¿QUÉ VER EN SALÉ?
1. LA MEDINA DE SALÉ
La medina de Salé es bastante grande, de nuevo no hay mapas que valgan para visitarla, así que de nuevo a perderse por las calles.
Hay algunas calles que permiten la entrada de los coches pero en general es un laberinto, calles estrechas de las que muchas son un mercadillo gigante donde te encuentras puestos de ropa, de comida, pollos y palomas en sus jaulas, justo al lado un taller de motos todo lleno de grasa, bolsos, cosas para el hogar, plateros, pequeños puestos de comida...
Pero no es una medina tan cuidada, con tiendas en los portales de las casas con decoración de madera, ni nada como en otras ciudades como Marrakech... La medina de Salé, es una medina para la gente local, no está pensada para los turistas, y todo son puestos por las calles, muchísimos, uno detrás de otro.
Es muy impactante.
No puedes prácticamente andar y de turistas prácticamente nadie. Merece la pena visitarlo.
Hay una serie de calles más principales que se pueden tomar como orientación. Lo normal es que alguna de ellas te lleve a alguna de las entradas pues Salé es una ciudad amurallada.
2. LA MURALLA DE LA MEDINA DE SALÉ
La muralla es totalmente sorprendente, rehabilitada desde hace poco y es perfecta.
La iluminación nocturna en contraste con la escasa luz de las calles de la medina crean una sensación única.
Hay una enorme plaza llamada Bab bu Haja y paseos justo en frente de la entrada principal a la medina a la calle Bab el-Jebbaz, que por el día está completamente vacía pero por la noche no encuentras ni un solo banco o escalón disponible.
Todo el mundo, sobre todo mujeres con sus hijos, salen a pasear al caer el Sol. Los hombres están en los pocos cafés y bares cercanos a las murallas.
Todo el mundo, sobre todo mujeres con sus hijos, salen a pasear al caer el Sol. Los hombres están en los pocos cafés y bares cercanos a las murallas.
No sabría decir si la muralla impacta más por la noche o por el día. Diría que es especial en ambas.
3. LA GRAN MEZQUITA DE SALÉ
Todo aquel que visite Salé no puede perderse la Gran Mezquita del año 1163.
Aquí un señor (acoplado) nos permitió pasar al patio de la mezquita a cambio de unas monedas, era bonito todo decorado con azulejos azules y blancos. Y desconozco si se puede pasar o realmente hizo el "favor".
El minarete de la mezquita de nuevo recuerda a la Torre de Hassan en Rabat, o incluso a la Giralda de Sevilla.
Dentro de la mezquita no se puede pasar a los no musulmanes.
4. LOS FAROLES
También puedes ver los faroles del morabito de Sidi Abdallah ben Hassun (patrón de Salé) que los sacan en procesión en la víspera del nacimiento de Mahoma (y 'dancing' como nos decía un señor imitándonos los movimientos del baile jeje).
5. EL IMPRESIONANTE CEMENTERIO DE SALÉ
Pero el punto fuerte para visitar en Salé, es su cementerio.
Aunque en muchas ciudades se incluyen los cementerios como puntos de interés turístico, en general a mí no me suelen parecer demasiado interesantes (bueno... alguna excepción hay) pero precisamente, el cementerio de Salé es ¡Impresionante!
Aunque en muchas ciudades se incluyen los cementerios como puntos de interés turístico, en general a mí no me suelen parecer demasiado interesantes (bueno... alguna excepción hay) pero precisamente, el cementerio de Salé es ¡Impresionante!
Nunca antes había visto un cementerio situado junto al mar y junto a la playa. Y con unas vistas increíbles. No digo que no exista algún otro solo que yo de momento el cementerio de Salé junto a la playa es el único que conozco de este estilo.
Las puestas de Sol con vistas al Atlántico y al fondo se ve la Kasba de Rabat realmente merece la pena.
5. BAJAR A LA PLAYA DE SALÉ
Ya has visto que en el punto anterior te recomendaba el cementerio junto a la playa, pues como has imaginado puedes ir a dar un paseo por esa playa.
Se llama playa de Salé Ville. No es que tenga mucha longitud pero si es bastante ancha y el agua estaba bastante limpia aunque la arena necesitaba algo más de limpieza. Al viajar en agosto pensábamos que habría más gente en la playa, pero la verdad es que no, se estaba muy tranquilo.
Justo al lado había un pequeño puerto de pescadores con barcas.
En el otro lado del río Bu Regreg se puede ver la playa de Rabat aunque de menor tamaño (es más bien una cala).
6. SUBIR A ALGUNA TERRAZA
En muchos restaurantes y tiendas de las medinas de Marruecos ofrecen la opción de subir a sus terrazas, o incluso el restaurante está situado en la terrada, y es que ver las vistas de los techos, las mezclas de colores y las torres de las mezquitas es muy bonito y algo que buscamos muchos turistas.
En Salé no podía ser menos y si te coincide que puedas subir a alguna no te lo pienses pues son un miradores que merecen la pena.
En nuestro caso, el Riad tenía una bonita terraza en la que desayunamos cada día.
7. SIEMPRE TERMINARÁS EN ALGUNA TIENDA EN MARRUECOS
Y como no, no podía terminar esta entrada de Salé sin hablar de las tiendas.
Y es que, como viene siendo habitual en un viaje por Marruecos, como te capte un supuesto guía es complicadísimo dejarlo atrás, pero por otro lado seguramente te lleve a visitar la tienda de algún amigo, familiar o quién sabe! jaja.
En Salé ocurrió eso. Así que bueno... lo asumí. Y eso que no es una ciudad turística, así que lo mismo era cualquier señor que pasaba por la calle.
En esta ocasión lo que más me gustó fue visitar una panadería con unos hornos muy antiguos.
Estaban haciendo unos panecillos justo en ese momento (casualidad o no, pero ya compramos una bolsita). La verdad, es que con estas cosas luego me rio, pero en ese momento no me suele gustar porque me siento un poco obligada a ir... pero viajar a Marruecos es un poco así
¿MERECE LA PENA VISITAR SALÉ?
Si tienes tiempo de sobra, que esto suele ser el gran problema, te diría que sí, que merece la pena visitar Salé.
Es muy interesante conocer una ciudad de Marruecos en la que no esperan recibir tantos turistas. Es más real, o al menos a mi me lo pareció. La sensación que tuve esos días es que era un ambiente como quizás más "cerrado" o más conservador.
Te diría que con 2 o 3h está visto todo (y de manera tranquila).
Al estar alojados allí pues todas las tardes dábamos el paseo para cenar y al final te das cuenta que lo que es el centro "turístico" es bastante pequeño.
Es verdad, que no tiene ese encanto de otras ciudades, así que tampoco esperes el super monumento.
Llegamos a Salé en coche y había un atasco increíble bordeando la medina. No sé recomendarte un lugar para aparcar el coche porque lo hicimos en el aparcamiento del Riad en el que nos alojamos.
Para movernos a Rabat lo hicimos en metro-tranvía. Hay una estación justo al lado de la medina y a tan solo 3 paradas de la Torre de Hassan y el Mausoleo de Mohammed V, así que en el fondo es casi como un barrio más.
También desde Salé fuimos a Casablanca en tren. Un tren directo que sale desde la Gare de Salé. Los letreros los recuerdo indicados en marroquí y en francés, aunque quizás también lo estén en inglés.
¿QUÉ MÁS VER EN MARRUECOS?
Y si quieres conocer otras ciudades de Marruecos aquí te dejo los enlaces a las entradas que de momento están escritas en el blog:
No es la primera vez que viajamos a Salé, no obstante nos quedaremos en Salé y le agradecemos sus explicaciones, estaremos 4 noches y llevamos coche.
ResponderEliminarGracias por pasarte por el blog. Para nosotros fue una muy buena alternativa a Rabat, además visitar Salé nos gustó mucho y se salé de lo turístico de Marruecos.
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